El lenguaje y el mundo de las palabras con sus significados van marcando y definiendo la historia de la humanidad. El lenguaje es activo y dinámico. Va evolucionando y aunque muchas palabras dejan de estar “en uso”, otras se van incorporando o tomando relevancia conforme a la realidad social, política y generacional.

En el 2023, la palabra “polarización” fue la que tomó el protagonismo y se decidió como la palabra del año según la Fundéu de la Real Academia de la Lengua. En su inicio estaba relacionado con el ámbito de la ciencia y la tecnología, pero a día de hoy en España, en Europa y nivel global, la palabra “polarización” se refiere a la división en bloques. Es orientar en dos direcciones contrapuestas y que denotan división, separación y discrepancia. Así es como nuestra sociedad está siendo afectada por esta “polarización” en el cotidiano vivir, el ámbito emocional, social y político de la gente. El mundo se está fragmentando cada vez más y todo está sucediendo frente a nosotros. La desconfianza, el miedo y la “bronca” están enfrentando a las familias, a los amigos, a los compañeros de trabajo y hasta los aficionados de tal o cual deporte.

Sabemos que el Evangelio ofenderá a algunos

Los cristianos, estamos llamados a una vida inclinada hacia la compasión y el acercamiento sincero con el mensaje de Jesús a aquellas personas y sociedades donde la obscuridad va ganando terreno. Hemos llegado a un punto en el que debemos tener cuidado con nuestras palabras para evitar herir los sentimientos de alguien o recibir críticas duras y que el amor sea, ahora más que nunca, nuestra bandera en cuanto a la comunicación y la relación personal. Sin embargo, sabemos que el Evangelio ofenderá a algunos, pero la verdad eterna que tiene vale la pena ser contada, compartida y ofrecida con miras hacia la salvación de muchos.

El Señor Jesús ya lo dijo en Juan 8:32 que conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres. Esa libertad espiritual que tanto necesita nuestro mundo está en nuestras manos y en nuestros corazones para ser compartida. Algunos tienen bastante talento para decir las cosas difíciles, pero necesitamos crecer para hacerlo con amor. Así el mensaje del Evangelio se va marcando en el corazón y en la mente de los que lo escuchan. Estamos llamados a ser prontos para oír y siempre listos para llorar junto a los que lloran. Así nos enseña Su Palabra. Debemos recordar lo que dice Proverbios 15:1 “La suave respuesta quita el enojo, pero la palabra áspera hace subir el furor.” Nuestras palabras deben apuntar hacia la unidad. Deben atraer y captar la atención del que escucha y evitar a toda costa que lo que sale de nuestra boca lleve a los demás hacia la polarización. Detrás de cada palabra, debe estar nuestro corazón que refleje de manera consistente al único que tiene el poder de cambiar y salvar, y ese es Cristo.

La clave para evitar la polarización

En un mundo cada vez más polarizado, es urgente la acción y la implicación del creyente en su entorno, poniendo en práctica y respaldado por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo. La iglesia debe ser el lugar donde la confrontación y las diferencias humanas pasan a un segundo plano y el obrar del Espíritu Santo sea el que le dé identidad y propósito al pueblo de Dios. Ya lo dice la Biblia en Juan 13:35, que nos conocerán como discípulos de Jesús por el amor que nos tengamos los unos con los otros. La unidad y el amor, son la clave para evitar la polarización en medio del pueblo de Dios y también lo es en el lugar en el que se desarrolla tu día.

 

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